Ahora
que una buena parte de la población ariguanabense disfruta de la wifi y
correo electrónico, se observa un pequeño avance, cuando de conexión se
habla.
Aún
cuando son pocos los teléfonos públicos y se adolece por su presencia
en algunas áreas, no es menos cierto que no se respeta su uso. ¿Cuántas
veces usted ha tenido la necesidad de utilizar la opción de los
domicilios que laboran como Centros Agentes, incluso contando con un
móvil, pero tiene poco saldo? Es precisamente que necesitamos del
receptor en plena calle para podernos comunicar. Pero la falta de
conciencia y sensibilidad de unos acaban con el derecho de otros.
Luego
el reclamo en reuniones es tan alto como lo que cuesta poner este
servicio, sin embargo no somos capaces de cuidarlo; lo golpeamos para
que nos devuelva el menudo o se le introduce cualquier objeto como en
venganza. En otros casos se le arranca el auricular, me pregunto qué se
resuelve con esa actitud. Este es quizás el servicio más relegado por la
más reciente tecnología, sin embargo, aún resulta de mucha utilidad
para aquellos que no tienen teléfono.
Después
de tanto esfuerzo, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba ETECSA
logró poner algunas casetas telefónicas por solicitud de la propia
población hace ya unos años en algunas áreas de la zona urbana -y qué
bien nos sentimos- pero después… su utilidad se tornó insuficiente por
los maltratos de las personas.
La
telefonía pública es de todos, con o sin móvil, con o sin teléfono en
casa. A cualquier persona en un momento determinado le puede hacer falta
y es en ese preciso minuto que podemos hacer uso de su servicio, si lo
sabemos cuidar.
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