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martes, 3 de diciembre de 2019

Esas indisciplinas


Entre los grandes retos y estrategias que se traza la máxima dirección del país se encuentra la lucha contra las indisciplinas sociales, y para ello es preciso transformar desde ya todo lo que atenta contra la estética y el buen gusto.

La vigilancia en cada barrio se hace necesaria, velar por los recursos, instituciones, locales, calles aceras, además de respetar el silencio y la tranquilidad dentro y fuera de cada hogar.

En el Ariguanabo son muchas las actitudes que conforman las indisciplinas sociales, dígase, microvertederos, higiene comunal, maltrato a la propiedad social, música alta, “palabras fuertes”, escándalo público y otras.

Hay que enfrentarlos desde cada lugar que nos encontremos y no temer a quedar mal, pues  tenemos derecho a defender todo lo nuestro, lo que con esfuerzo y entrega hemos conquistado.
 Si no somos capaces de cuidar  y respetar ¿Qué tendremos entonces? Si nos acostumbramos a “no meternos en lo que no nos importa”, entonces ¿qué reclamamos?, mucho de lo hoy no tenemos  se debe precisamente a esto: a no llamar la atención ante la indisciplina cometida o molestarnos si somos los infractores.
Se impone trabajar sin tregua, nuestro país tiene la capacidad de movilizar a todas las fuerzas en una misma dirección y hacia ella hay que marchar.

Cuando hablamos de indisciplina social nos referimos a la violación de las normas de convivencia, invadir con nuestras preferencias musicales los hogares colindantes, romper la privacidad, imponer el ruido, es una violación una indisciplina, la ley lo contempla qué falta entonces, hacerla valer; el maltrato al entorno y a la propiedad social, así como las conductas impropias en lugares públicos, pensemos nos atañe, somos responsables todos, no es exclusivo para los cubanos. En todos los países del mundo las sociedades se rigen por leyes y ellas se tienen que cumplir, en el nuestro también.
La convocatoria que mantienen los CDR "Sin tregua contra las indisciplinas sociales" llama a la reflexión para enfrentar situaciones que acontecen en cada barrio y que afectan la tranquilidad ciudadana.

Hechos como el maltrato a la telefonía pública nos lleva a responder en el momento que se produzca, si compartimos con nuestra familia en un parque porque permitir el incumplimiento de las normas de sanidad aun existiendo los depósitos para colocar la basura, si no se usan y presenciamos el hecho somos parte de esa indisciplina no se deben aceptar las posturas incorrectas al sentarse en los bancos, si violamos las formas correctas de urbanidad, tenemos que recibir el peso de la ley, estas son entre otras, acciones a erradicar desde la comunidad.

Al eliminar cualquier indisciplina o rasgo de deterioro de las buenas costumbres de los cubanos estamos contribuyendo al bienestar colectivo. La lucha por el bienestar de nuestro pueblo y la formación integral de las nuevas generaciones es un objetivo primordial para preservar la paz a la que tenemos derecho y estamos comprometidos todos los ciudadanos.



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