Haces varios días fui testigo de una discusión entre dos mujeres por un mismo hombre.
En el
portal de la esquina de mi casa a las 12:00 am, se fajaban cada una defendiendo
la parte que le tocaba de su “feliz relación”.
La hora
era inusual, pero lo que más me llamó la atención fue que luego del esposo
llevarse a la mujer oficial, regresó
para dónde estaba la otra y ella sin más ni más ni más, le increpó: “tu sabes
como yo me pongo, me pongo de p…, tú sabes que conmigo es por gusto- esta frase
la escucho las 24 horas del día, parece estar de moda-, yo si me mando, conmigo las
cosas tienen que ser fresa (no entendí que quiso decir con eso), yo me llamo
Marialy y mí si que hay que traerme a Elpidio Valdés con la cañonera y después
que venga Maria Silvia”.
Todo esto
lo dijo en menos de 3 minutos varias veces, ¡madre mía que manera de mostrar su
valentía!.
La pareja,
se marchó y quedaron los curiosos ávidos de un show mayor, apenas doblaron la
esquina, una curiosa de las buenas, persona que se la sabe toda, preguntó con
toda la inocencia del mundo: “caballero ¿también este loco está con una tal Maria
Silvia? No lo puedo creer.
Sin
comentario gente mía, sin comentario.
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