En la
sociedad actual observamos una disgregación de las familias, padres que se
separan y luego pelean por la custodia de los hijos, hijos que huyen de sus
casas y hasta llegan a odiar a sus padres, abuelos que se consumen en los
hogares de ancianos, teniendo hijos y nietos que podrían ocuparse de ellos y ni
siquiera los visitan de vez en cuando. ¿Por qué sucede esto?
Todavía existen familias que son modelos de unidad y
amor entre padres e hijos, nietos y otros familiares o parientes, de
ellos debemos tomar ejemplos y consejos, haciendo de nuestro objetivo una meta
real, concreta. La familia es la base fundamental de la sociedad y el estado
hace de este criterio que se aplique mediante la educación de los hijos en casa
y en la escuela.
La familia es el entorno primordial donde los
hijos desarrollan los valores que los
padres sean capaces de inculcar. Los
hijos aprenden sobre el amor, la confianza, la lealtad, la cooperación y el
servicio en la familia. También aprenden a comportarse en la sociedad. Cultivan
los atributos que les llevarán a ser buenos ciudadanos cuando primero los
aprenden en casa. El bienestar de cualquier sociedad descansa en la fortaleza
de sus familias.
Cuando fortalecemos a nuestra familia, fortalecemos
también a nuestra comunidad y a nuestro país. Una
familia es una unidad con un conjunto de interacciones de personalidades y
circunstancia, pero cuando una familia arrastra una marcha inadecuada se convierte en un factor de riesgo y propicia
la aparición de síntomas negativas en sus miembros.
En una familia con problemas
no hay un culpable, sino que los conflictos se deben a deficiencias en la
interacción familiar. Cuando en las familias se generan situaciones
problemáticas provocadas por alguno de sus miembros (por problemas con el alcohol
o el consumo de drogas, fracaso escolar, depresiones, etc.), éste no debe
concebirse como un problema, sino como el portador de las problemáticas
familiares.
En ese momento, en lugar de buscar recetas y consejos, lo más
importante es analizar por qué la familia no está funcionando. Un buen
instrumento de análisis es comprobar el grado de cumplimiento de los
indicadores de salud familiar. En esto se puede encontrar el origen del
conflicto y la fórmula para trabajar en solucionarlo.
Cabe
reflexionar que los valores que en nuestro país sustentan a la familia son la
responsabilidad, el respeto, la equidad de derechos entre el hombre y la mujer,
y el compromiso mutuo de ayudarse en la vida.
El amor bien administrado, no
puede faltar nunca; es así como único pueden desarrollarse todos los
sentimientos superiores en las personas comenzando desde las etapas más
tempranas de la vida.
El
valor y la unidad de la familia depende de la calidad de sus miembros, de los
sentimientos que los mantienen unidos, de la organización que existan, el nivel
cultural, la integración social y los valores morales de todos y cada uno de
sus miembros.
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