Este 28 de enero, el pueblo ariguanabense rinde tributo
al más universal de todos los cubanos: nuestro José Martí. En nuestro terruño
existe un bosque que todos amamos y es el bosque más bello que hemos visto,
muchas personas nacionales y extranjeras, han dejado un pedacito de su corazón
en el Bosque Martiano del Ariguanabo.
Entrega total y
amor incondicional aportan a esta institución, cada ariguanabense que llega al
bosque, casi concebido como Patrimonio de la localidad.
Sus árboles
frondosos, reverdecidos y bellos, forman parte del diario que escribiera Martí
en Campaña. Traídos de lo más remoto del país, fueron sembrados y crecen como
si siempre formaron parte de esta tierra.
Los guardianes de
la naturaleza, equipo conformado por estudiantes de diferentes planteles, son
los ángeles del Bosque Martiano que llevan la extensión del bosque a diferentes
comunidades y centros estudiantiles, guiados por Alfredo Ruíz, ex director del
bosque.
Más de 30
convenios sellados por la siembra de uno de los retoños del ramaje, se llevan a
cabo en el Ariguanabo y con él la responsabilidad
de cuidar y proteger este lugar.
Este 28 de enero
desfilan miles de pioneros por nuestras calles como homenaje al Maestro, desde
el bosque, sus árboles lo saludarán, sonriendo ante todos aquellos que lo
cuidan y velan por él.
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