En
todo momento Fidel tuvo presente a la mujer, sobre todo a la mujer
cubana, a quien consideró un pilar en cada una de las “revoluciones”
sociales, culturales, educacionales que tuvieron lugar en nuestro país.
Mucho
habló Fidel de las mujeres y siempre defendió para ellas un escaño en
el Parlamento, en puestos de Dirección, y hasta en la vida militar les
preservó un espacio.
“La mujer es una Revolución dentro de la Revolución”, así dijo Fidel en el discurso del 23 de agosto de 1960.
“Trabajar,
a organizar y a poner en actividad el espíritu creador, el entusiasmo
de la mujer cubana, para que la mujer cubana, en esta etapa
revolucionaria haga desaparecer hasta el último vestigio de
discriminación; y tenga, la mujer cubana, por sus virtudes y por sus
méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la patria.”
Con
las ideas de Fidel, la mujer cubana aprendió a leer y escribir, a
estudiar, trabajar, enfrentar a quienes la discriminaban y a convertirse
en toda una mujer empoderada, llena de sueños, expectativas, libertad y
coraje.
Como
mujer sé que, guiadas por su primera presidenta Vilma Espín, y luego
por sus dignas sucesoras Yolanda Ferrer y actualmente Teresa Amarelle,
las federadas cubanas han sabido defender el lugar que por derecho
propio nos ganamos.
En
este 58 Aniversario, el compromiso debe ser mayor, no solo por la
madurez que durante todos estos años se ha consolidado, sino porque para
suerte nuestra, este aniversario se le dedica también a quien fuera uno
de los principales defensores de los derechos de las mujeres en Cuba,
el líder máximo de la Revolución Cubana.
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