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miércoles, 9 de mayo de 2018

El día que Celia cerró los ojos

El 11 de enero de 1980 yo cumplí 11 años, recuerdo que que mis padres y familia estaban bien contentos, pues se haría un fiesta diferente, una fiesta para todo el barrio. Eran las tres de la tarde  y mi papá no llegaba, pero no me preocupé, yo sabía que como todo militar, tenía sus responsabilidades y que de todas formas  mi cumpleaños se celebraría.
Papi llegó tarde, bien tarde y triste, todos en casa con el entusiasmo y la expectativa del cumpleaños nos quedamos mudos cuando dijo: Lieng, hoy no podemos celebrar tu cumpleaños, murió Celia…

Yo no entendía… ¿quién era Celia? ¿por qué no tendría cumpleaños?
Pero Celia era tan grande que no se podía ver, yo pequeña, sabía quién era Vilma, conocía de Haydeé, Melba, pero de Celia, no.
Su muerte, su muerte fue quien me dijo quien era Celia, que hizo, que construyó, supe que también se llamaba Norma, Carmen (como mi primer nombre) que amaba las flores. También conocí que el Parque Lenin -testigo de cuantas travesuras cometí junto a mis padres y mi hermano- le debían su construcción. Pero lo que más me llamó la atención es que mi papá la conoció, él me contó muchas cosas de la lucha contra bandidos, de cuando estuvo en Girón, en Angola y todo ello me daba, aún me da orgullo ;que conoció a Celia me enorgullece más, porque de Celia hay que hablar.

No tuve cumpleaños ese día, pero no importa, desde aquel 11 de enero de 1980 siento gran admiración por Celia, no sé, antes no la había conocido, no la registraba en mi cabecita de 11 años, luego saber y saber un poco más de ella, me asombra, ella era la cajita de los recuerdos, todo lo memorizó y archivó para la historia.

Verla así tan tierna, delgada, con su sonrisa de guajira afable, me preguntaba ¿cómo pudo ser tan valiente esta mujer que a la Sierra fue? Cómplice de su padre- como lo soy yo del mío- subió el busto de Martí y yo sin saber.

Con Celia, había que contar, gracias a ella hoy conservamos tantas cosas valiosas, como yo, que conservo en mi memoria aquellas palabras : Lieng, no podemos celebrar tu cumpleaños, mis lágrimas corrieron aquella vez, después corrieron otras tantas ,cada vez que me preguntaba, Celia ¿dónde estabas? Tantas cosas que hiciste y yo no las  sabía, pero ahora las sé , pensado hace ya 32 años era imposible aquella fiesta ¿saben? De veras no podía ser, ese día cerraba los ojos para siempre una gran mujer.

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