Desde
la propia área de residencia y con el protagonismo de la atención
primaria de salud, tanto en los consultorios del médico y la enfermera,
como en los policlínicos realizan charlas educativas a favor de
modificar los factores de riesgo entre mujeres y hombres propensos a
padecer e insisten en la necesidad del autoexamen.
Según
estadísticas en el territorio la aparición de la enfermedad se produce a
los 30 años de edad, aunque en los últimos tiempos ha sido detectada en
mujeres más jóvenes. Existen además, factores de riesgo que aumentan la
posibilidad de padecerla y se asocian por ejemplo, a la genética, al
medio ambiente y al estilo de vida de la persona.
Los
especialistas señalan que el autoexamen de mamas es un método
confiable, de fácil aplicación, sin costo alguno y debe realizarse un
día fijo cada mes, entre los cinco y los siete días después de
finalizada la menstruación y si ya no se menstrúa se debe escoger un día
fijo de cada mes, para realizarlo de acuerdo con la siguientes formas:
inspección: observar el aspecto de las mamas y las axilas, palpación:
tocar y comprobar la manera en que se sienten mamas y axilas, mejor el
propio cuerpo, para que así pueda detectarse lo más pronto posible
cualquier alteración.
Si
durante el autoexamen de mama se detecta alguna anomalía, puntualiza la
especialista, la única manera de diagnosticar con certeza si se padece
la enfermedad o no, es mediante la consulta médica. En estas cuestiones,
ante cualquier duda, no debe esperarse a ver qué pasa: detectarlo a tiempo es clave.
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