El calor ya está junto a
nosotros y con él los deseos de saborear un refresco bien frío como se merece
el cliente y digo bien frío , pues supongo que dentro del contenido de trabajo
del dependiente gastronómico particular o estatal, está garantizar ese
servicio, por supuesto previa preparación con el administrador, sin embargo, no
sucede así, todo lo contario.
Me pregunto una y otra
vez, pues no logro entender por mucho me expliquen por qué el refresco casi
nunca, tiene la temperatura que debe llevar, aún cuando en el establecimiento
que está, existe la nevera o refrigerador, tampoco logro entender, por qué se
demoran tanto en poner enfriar los líquidos cuando sabemos que se consume a
diario en estos tiempos.
Ya me explicaron que a
veces no hay hielo, bueno entonces el refresco no tendrá la temperatura que se
requiere, también me explican de la demora que hubo con el hielo, bueno,
entonces… me quedo así callada, tranquila y pienso que tal vez soy injusta en
pensar a lo loco, pero me respondo tan rápido pestañeo que no, que no lo soy, que el cliente tiene el derecho de
consumir lo que desee con la temperatura adecuada y me respondo entonces que no
se pone a tiempo por dejadez, por no prever a tiempo.
Lo triste es que se hace habitual y casi que nos conformamos, el
refresco, la cerveza, la propia agua, la alternativa se debe buscar y no caer
en el facilismo, de poner un rostro supuestamente apenado y decir: no está
frio.
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