La
Sociedad Cubana está enfrascada en lograr un hombre nuevo, acorde con
el progreso científico técnico, que piense, sienta y actúe en
correspondencia con lo que la sociedad demanda y exige de él, consciente
del momento histórico que le ha tocado vivir.
La
educación debe llevar adelante tales retos o estrategias que en última
instancia contribuirán a garantizar el mantenimiento de la especie
humana y el mejoramiento de la sociedad, toda vez que la felicidad de
educación siga siendo el fortalecimiento humano. La educación es un
proceso de mejoramiento de la persona que transciende los límites del
período estudiantil.
El
sistema educacional plantea de una forma más explícita la necesidad de
que la escuela sea no solo un lugar para trasmitir y enseñar
conocimientos, sino también un lugar donde se aprenda a convivir,
respetar a los demás, donde las normas, actitudes y valores morales
constituyan objetivos básicos en el proceso educativo de las nuevas
generaciones.
Debe
evitarse en el sistema de enseñanza una transmisión fría y esquemática
de los valores, más que enseñar valores fijos se debe enseñar a los
estudiantes a valorar por sí mismos, mostrarle que la justicia, la
solidaridad, la responsabilidad y la honradez son grandes valores del
ser humano, porque se llevan de contenido concreto según la
circunstancia de la vida.
Ha
sido esa elevada conciencia valorativa la juventud que es digna
heredera de esos valores y que es la máxima responsable de llevar
adelante el futuro de la revolución y preservar las conquistas del
socialismo.
Por
ello se hace necesario formar en los estudiantes verdaderos principios y
convicciones de acuerdo a la sociedad, que lo hoy es justo mañana puede
no serlo viceversa, que en ocasiones los valores chocan y hay que optar
por el que jerárquicamente es más importante, que esa jerarquía es
también mutable e independiente de las condiciones y que la elección que
un caso justificante se hace, puede no ser adecuado.
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