El alcoholismo vs familia

La persona alcohólica, desde siempre, es un inicio de conflictos en la familia., lo que trae consigo situaciones que alteran el orden familiar.
Cuando se dice persona alcohólica, cabe para ambos sexos, pues generalmente corresponde al género masculino, sin embargo, se conoce que existen muchas mujeres alcohólicas también.

 Una serie de problemas se desatan: maritales y violencia doméstica, problemas para los miembros de la familia y con ellos pueden llegar el fin de la estabilidad familiar, claro está, los miembros de la familia juegan un papel de gran importancia en la vida de esa persona.

Es la familia la responsable de conocer, vivir y comprender como es la vida de u alcohólico y que se pude  hacer al respecto.

Primeramente se debe entender que el alcoholismo es una enfermedad caracterizada porque el individuo ingiere alcohol y ya no puede dejarlo. El alcohólico puede tener otras alteraciones en su salud mental como depresión, ansiedad o enmascarada en esquizofrenia. Produce cambios en la persona que afectan no sólo su aspecto personal, sino también sus relaciones en el trabajo y con el medio en que realiza sus actividades cotidianas.
Otro aspecto significativo a tener en cuenta es el entorno familiar, muchos casos se desarrolla el alcoholismo en el entorno familiar donde se da de probar licor al niño, cuando tiene el ejemplo en casa de padres o familiares bebedores o cuando se tiene una predisposición genética a la enfermedad.
 
El alcohólico tiene sus características:
- Organiza sus actividades en función al alcohol, busca oportunidad para tomar.
- Pérdida de control por beber y al beber.
- No necesariamente bebe a diario y lo hace solo el fin de semana.
 
Aparece a la sazón la negación a tener problema con el alcohol, pérdida de control frente al alcohol e invierte mucho tiempo en pensar cómo consumir alcohol y cómo recuperarse luego de los efectos del licor, es decir preocupación.
Desafortunadamente estas personas  ponen en riesgo la vida de otras con su comportamiento alterado y violento, por ello necesita inmediato apoyo de la familia y del especialista.
Cuando el paciente se niega a reconocer su problema, la familia lo debe poner en evidencia y hacerle notar lo grave o mal que está para que acepte su enfermedad y reciba ayuda.
 
La aceptación del problema por el propio paciente pero también de la familia es vital para iniciar el tratamiento y su recuperación. La prevención en los más jóvenes es de suma importancia.
 
El alcohol destruye a quien se une con él desordenadamente., pero destruye también a la familia.
Por eso también ellos tienen que encender una llama de esperanza para que la ruina del alcoholismo no les arrastre como víctimas inocentes. También ellos tienen que recurrir al amor para que el alcohol no desfigure y anule totalmente a quien vive bajo sus cadenas.
Detrás del un alcohólico hay siempre un hombre o una mujer, un padre o una madre, un hijo o una hija. 

Quizá incluso, precisamente por caer en esa enorme miseria moral, ese hombre vive mucho más necesitado de cariño y de comprensión.