Tomado de Cubadebate
Por:
Ismael Francisco
No quería ni asomarme a mi ventana para no ver la triste realidad:
este es el primer día de mi vida en el que él no está. A Fidel lo
conozco desde que yo era pequeño. Por suerte para mí lo vi personalmente
en varias ocasiones en mi niñez, y a su lado crecí como profesional de
la fotografía y como ser humano.
En la tarde decidí salir a la calle a buscarlo, comenzando con mi sitio favorito, al que voy cada vez que necesito desahogar el alma: el mar. Cargué mi cámara para no perder la oportunidad de tenerlo una vez más en mi archivo, lo busqué y apreté el obturador donde lo sintió el corazón y esperé ese último rayito de sol como íntima despedía. Hasta siempre, Fidel.
En la tarde decidí salir a la calle a buscarlo, comenzando con mi sitio favorito, al que voy cada vez que necesito desahogar el alma: el mar. Cargué mi cámara para no perder la oportunidad de tenerlo una vez más en mi archivo, lo busqué y apreté el obturador donde lo sintió el corazón y esperé ese último rayito de sol como íntima despedía. Hasta siempre, Fidel.